Cuando puedo decir con imágenes lo que las palabras no cuentan,
cuando las justificaciones sobran y el alma vuela,
no importa si uso un pincel, una tiza ó un lápiz olvidado:
lo que importa es que soy testigo de mi propio milagro;
es a la vez tan extraño y común ver brotar voz en mis manos!
y construyo un mundo lleno de vida, ilumino lugares y gente que ni conocía
y recupero la fe en esos sueños que -cada tanto- mi mente distraída olvida!